Con sinceridad: ¿alguna vez, tiraste algo a la basura cuando en realidad bastaba sólo con arreglarlo?
Probablemente, la respuesta sea un sí.
Y ¿alguna vez, quisiste reparar una prenda sin saber por dónde empezar?
Seguramente, la respuesta también sea un sí.
Es comprensible.
Nuestra sociedad antepone la comodidad y la rapidez del descarte por sobre el cuidado, la conservación y la reparación de los objetos, sin tener idea, la mayoría de las veces, de lo que esto implica para el ambiente y para el planeta.
Definitivamente, la situación debe cambiar. Pero, ¿cómo?
Desde ya no pretendemos tener todas las respuestas ni podemos resolver todos estos problemas, pero sí podemos hacer nuestra parte, agregar nuestro granito de arena, como quien dice.
Por eso, no sólo fabricamos productos de larga duración (de verdad, cualquier prenda Patagonia tiene una vida útil de más de 10 años) sino que también hacemos que repararlos sea tanto o más fácil que desecharlos.
Lo único que tenés que hacer es visitar una de nuestras tiendas (cualquiera, la que tengas más cerca), o bien enviarnos tus prendas por correo.
¿Qué significa esto?
Que no importa el lugar de Argentina en el que te encuentres. Estés donde estés, podés hacernos llegar tus productos Patagonia para que nuestro equipo de reparadores, listo para poner manos a la obra, dé comienzo al proceso de arreglo.
Ahora bien, es necesaria esta aclaración: las reparaciones son de carácter funcional, no estético. Eso quiere decir que, si bien intentamos utilizar los materiales que mejor coincidan con tus prendas, no siempre será posible alcanzar la exactitud. Por lo tanto, los remiendos pueden llegar a ser visibles (un hilo de otro color, un botón diferente, un parche divertido).
De todas formas, eso no tiene por qué ser algo negativo: una prenda arreglada cuenta una historia, una anécdota, una experiencia; una cicatriz visible en tu ropa marca el inicio de un nuevo capítulo, de una vida extra para tu equipo.
También, debemos aclarar que no todas las averías pueden repararse. Pero, ¡no te preocupes! Si esto sucede, intentaremos encontrar una alternativa. A lo mejor, puedas dejar tu prenda para que la reciclemos e intercambiarla por otra que sí hayamos recuperado.
Cuando arreglamos una prenda, reemplazamos una hebilla o cosemos un botón, estamos arreglando nuestra relación con las cosas que poseemos.
Sabemos que los artículos reparados nunca vuelven a estar como nuevos, pero creemos que optar por la reparación es una forma nueva de vincularnos con el planeta.
Repará, siempre.
Reemplazá sólo cuando ya no pueda repararse.