Cómo una tormenta puede cambiar tu vida: María

Otto Flores / / 7 min de lectura / Surfing

Han sido un par de semanas intensas, un torbellino de eventos, por decir lo menos. Parece como si el mundo se hubiese dado vuelta en menos de un mes. Los desastres naturales se encienden en todos los rincones del globo. ¿Podrá ser que el planeta está tratando de decirnos algo? ¿La humanidad está en peligro?

La naturaleza tiende a balancearse con el tiempo. Una consecuencia del calentamiento global que podemos observar recientemente es la aparición de tormentas, en mayor frecuencia e intensidad. ¿Somos nosotros la causa de este fenómeno? ¿Ha llegado el momento en que para salvar a la humanidad primero debemos salvar al planeta?

“Sin haber estado nunca en la posición de rescatista, fue conmovedor ver esos actos humanitarios.”

El Huracán Harvey fue el primero en recalar esta temporada, inundando comunidades en las tierras bajas de Texas, tomando hogares y vidas, y dejando daños por muchos billones de dólares. Después vino el Huracán Irma, la tormenta más grande y poderosa jamás vista en el Atlántico. Las marcas de su paso por el caribe estarán ahí por años y será recordada como el punto de referencia de una histórica secuencia de eventos. Llamarla “catastrófica” es subestimarla.

Puerto Rico, el lugar que llamo mi hogar, fue enormemente afortunada ya que el Huracán Irma solo rozó la “Isla del Encanto”. Las Islas de Barlovento y las Islas Vírgenes no corrieron con la misma suerte. Con vientos de más de 320 kilómetros por hora, muchas de estas islas fueron diezmadas por Irma, dejando a miles sin más opción que comenzar todo de nuevo.

La destrucción de Irma tan cerca de casa despertó una necesidad de ayudar a nuestros queridos vecinos insulares. En cuestión de días, Puerto Rico tenía flotas de embarcaciones y aviones privados en camino a las Islas Vírgenes con ayuda y trabajadores humanitarios. Compartiendo el sentimiento, contacté a mi amigo, Jon Rose, fundador de Waves For Water (W4W), una organización sin fines de lucro que se dedica a llevar agua potable a comunidades que la necesitan. En una semana construyó una estrategia y un equipo para ayudar a las islas afectadas.

José Pérez, uno de los líderes de Waves for Water en Puerto rico, muestra la diferencia evidente entre el agua sucia y la limpia, que es esencial para la subsistencia. Foto: Ethan Lovell

Me reuní con él en St. Croix, una de las islas que no fue seriamente afectada, para desde ahí conducir misiones a áreas severamente afectadas por la tormenta. Como surfistas, siempre atentos a los reportes del tiempo, con sorpresa vimos otra tormenta mostrando un potencial siniestro. En poco más de 24 horas, el huracán María comenzó a mostrar sus dientes. En un día pasó de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría 5.

Para mí, esto significó una escena de pánico, sabiendo que mi familia estaba en Puerto rico y potencialmente en el trayecto de la tormenta.

Sabiendo lo que implica un huracán, mi principal preocupación era no poder estar ahí para mi familia. Desde estar preparado de antemano hasta anticipar las consecuencias, una tormenta le da una tensión logística a cada parte de tu vida. Considerando que estaba pronosticado que tanto Puerto Rico como St. Croix fueran azotadas directamente, hubo que hacer algunas reevaluaciones. Cuando la situación fue crítica tuvimos que decidir quién se quedaba y continuaba ayudando a las Islas Vírgenes, y quién volvía a Puerto Rico.

Parte del equipo capearía la tormenta en St. Croix y atendería a lo que fuera necesario al conocer las consecuencias y la necesidad de agua potable, mientras las otra mitad volvería a Puerto Rico. Los vuelos se estaban cancelando debido a la proximidad de la tormenta y las cosas se empezaron a poner un poco tensas. Me vi atrapado. Sin alternativa, tuve que tomar el “teléfono de emergencias” y pedir un favor, pidiéndole a un amigo que consiguiera un avión o un helicóptero para volar de vuelta a Puerto Rico. Después del que fue probablemente el día más largo de mi vida, tuvimos suerte de ser el último vuelo en salir, usando un pequeño avión de cuatro plazas, de vuelta rumbo a Puerto Rico.

De vuelta en PR mi familia fue el mayor alivio que he sentido en mi vida. Inmediatamente aseguramos la casa y llevamos a mi familia a un lugar seguro. Luego, con el resto del equipo de Waves for Water, pasé las últimas horas antes de la llegada de María ayudando a asegurar los hogares de amigos y vecinos. Después de eso, no había nada más que hacer que sentarse y esperar.

María llegó como una tormenta un poco más pequeña que Irma, pero aún muy poderosa. Golpeó Puerto Rico el 20 de septiembre como un terrible categoría 4 con vientos de hasta 240 km/h.

La realidad de las secuelas de María han impactado a muchísimas personas y las han dejado sin un techo sobre sus cabezas. El optimismo puede ser la única respuesta para un Puerto Rico mejor y más fuerte en el futuro. Salinas, Puerto Rico. Foto: Ethan Lovell

Con experiencia en el campo de las tormentas sabía que habría mucho trabajo que hacer después de que este arremolinado fenómeno pasara sobre nosotros. El país caería en el caos y la necesidad de ayuda sería más que evidente. Sin haber estado nunca en la posición de rescatista, fue conmovedor ver esos actos humanitarios.

Es un poco agridulce ver que se necesita una catástrofe para gatillar ese tipo de comportamiento en la humanidad. Me impresioné al ver que las primeras respuestas vinieron del sector privado. Dicho eso, estoy agradecido de todos los que dieron un paso al frente y pusieron las necesidades de los otros antes que las propias.

La devastación de María afectó a Puerto Rico de muchas formas. Hubo gente quedó con muy poco, tras perder sus hogares por la inundación, los fuertes vientos y los derrumbes. La infraestructura se vio severamente comprometida. La red eléctrica quedó comprometida también. A la fecha, cerca del 20% de la isla tiene electricidad, y el acceso a agua limpia parece ser uno de los principales problemas.

Como resultado de lo que sucedió, muchas familias con niños pequeños, ancianos y enfermos necesitaron salir de Puerto Rico. Afortunadamente, tuvimos la oportunidad de llevar a mi familia a Canadá, de vuelta a la normalidad. Yo me quedé para ayudar a implementar nuestra misión de W4W y llevar agua potable a las comunidades en necesidad. Recién había aprendido la filosofía y la metodología de W4W, y ahora iba a tener que ponerlas en práctica en mi propia isla.

Creemos que llevar soluciones de agua limpia es vital para las áreas afectadas. Aquí, Otto muestra a algunos oficiales de la Guardia Costera cómo implementar los sistemas de filtración. Foto: Ethan Lovell

Puerto Rico sirve como eje de la cadena de Islas de Caribe. Cortar esa línea de vida habría tenido consecuencias nefastas para las Islas Vírgenes. Establecimos un equipo experimentado en Puerto Rico para implementar nuestro sistema de filtros de agua y armamos un amplio plan de distribución a lo largo de la isla. No fue sino hasta que alcanzamos cierto grado de estabilidad que tuvimos la oportunidad de volver a las Islas Vírgenes para reevaluar y apoyar sus necesidades.

Estoy feliz de reportar que hemos hecho grandes avances en la distribución de sistemas de filtros de agua, ayudando a evitar epidemias de bacterias en Puerto Rico y también en las Islas Vírgenes. Hay un largo camino por delante y mucho trabajo por llevar a cabo. Creemos que aproximadamente el 60% de la isla aún necesita agua potable, por lo que vamos a esforzarnos por mejorar ese número. Es una solución temporal, pero las comunidades con apremios que tienen soluciones sustentables para el agua también estarán trabajando.

Esta temporada produjo tres devastadoras tormentas en menos de un mes. Esto me lleva a creer que el cambio climático puede haber sido el catalizador para que este fenómeno alcanzara tal potencial. Las mayores temperaturas jamás registradas en las agua del Atlántico allanaron el camino para que estos sistemas se volvieran catastróficos.

Con un escenario financiero que se pone cada vez más complicado en Puerto Rico, nuestra isla está en una posición vulnerable. Considerando la deuda antes de la tormenta, el desastre natural nos puso en una posición crítica. El estado de Puerto Rico es hoy en día la “conversación de sobremesa”. Pero sin importar tu postura, es difícil digerir la situación actual, como puertorriqueños y, más importante, como ciudadanos norteamericanos. Puerto Rico enfrenta un masivo éxodo que afectará a la población de la isla en todos los niveles sociales.

Es muy importante hacer mantención de estos filtros para asegurar su mejor desempeño. Si se hace correctamente, un filtro como este tiene el potencial de entregar un millón de galones de agua limpia durante su vida útil. Foto: Ethan Lovell

Quiero agradecer a todos los que han apoyado lo que estamos haciendo en terreno, especialmente a la comunidad del surf que ha intensificado y entregado apoyo desde lo local hasta lo internacional a través de Waves For Water.

Siento como si debiera escribir esto a mi familia extendida en Patagonia por su compromiso, no solo por ayudarnos en estos tiempos difíciles, sino por dar el ejemplo de cómo guiarnos eficientemente en la dirección correcta.

Para involucrarte y apoyar el importante trabajo de Waves for Water, por favor visita wavesforwater.org.

Perfil de autor

Otto Flores

Raised in Puerto Rico, Otto Flores was soon winning multiple national titles and representing his country on the WQS tour. But charging barrels was always his real passion, and he left competitive surfing to travel the world in search of more challenging waves. Otto’s committed approach in serious conditions has earned him a stack of magazine covers, and he continues to clock as much tube time as possible. He’s also the co-founder of Granito de Arena, a surf and environmental organization that works with youth in low-income coastal communities. “We’re dedicated to teaching kids how to reduce and reuse plastic in a positive way,” he says. “We get their attention through teaching them to surf, then educate them about how plastic is affecting their playground, the ocean.” Otto lives in Carolina, Puerto Rico, with his wife Andrea and son Maceo.