Pedro Friedrich

Pedro Friedrich / Worn Wear

Se lo compré a un primo que le quedaba grande, pero a mí me quedaba al pelo. Hoy, como 30 años más tarde, me queda justo… y sí, ¡ya no soy el flaco de antes!

Me acompañó hasta la cumbre del Fitz Roy en el ‘84 con el Edu, Marcos y Alberto. En la Bífida con el Edu estuvimos al límite total y pasamos juntos un pesto bien jodido en el Torre. Lo usé en todas las escaladas hasta hoy.

Y hoy que en algunas partes ya está medio transparente, ¡lo uso para trabajar los fines de semana de lluvia en el taller del fondo de casa!

Es extraño, pero cuando me lo pongo, es como que tengo 20 o 30 años menos, me siento inmortal y nada parece difícil… ¡Qué tiempos aquellos!

A él y a mi mujer Betina los conozco desde aquel entonces, son parte de mi vida y quiera Dios lo sigan siendo por unos cuantos años más.

Entre tanto, me compré otro…esta re bueno, es grueso, frena el viento y se banca algo de lluvia, y abriga el cuerpo. El otro, pobrecito, ya no tanto, pero me abriga el alma y eso no es poca cosa.

¡Abrazo! ¡Gracias Yvon, gracias Patagonia!