Cazando amaneceres en El Chaltén

Ana Escobar / Worn Wear

Cuando me mudé a El Chaltén, sabía que la prenda que más iba a necesitar iba a ser una rompevientos, y que iba a ser mi gran compañera en mi día a día. Ahí fue cuando encontré mi rompevientos Patagonia y desde ese momento siempre estuvo conmigo. Incluso si no había viento, igual lo llevaba en la mochila porque la Patagonia es igual a clima impredecible. Tenía una compañera de trabajo que amaba ir en busca de los mejores lugares para ver el amanecer y ambas sabíamos que el del Chaltén era un show que no nos podíamos perder. Y así fue como empecé a seguirla, cada vez que podía, en la búsqueda de los mejores amaneceres sobre el macizo del Fitz Roy. Las mañanas eran muy frías, con mucho viento a veces, pero yo tenía mi rompevientos como escudo protector. Me acompañó a ver todos los amaneceres, desde todos los ángulos pudimos ver al Fitz Roy enrojeciéndose. En nuestro último amanecer antes de partir de Chaltén y volver a Bariloche, donde vivo, sentí una gran emoción y alivio por haber llegado. A ese último, en lo personal, costó mucho llegar. Y me vi ahí con mi campera, mi prenda más preciada, que seguirá acompañándome en muchas más aventuras por la Patagonia.